
Alguna vez escribí, cuando era más joven, algo que en ese momento era una conclusión lógica para mí: No habría buenas historias sin corazones rotos. Lo era porque, había tantas películas, libros, música escrita debido a ello, que debía ser un sentimiento con un gran poder de inducir a la “inspiración”.
Ahora que soy más grande me doy cuenta que, en realidad, vivimos con el corazón roto y vamos renaciendo de vez en vez. Quería iniciar con esto para platicar sobre el concierto de Florence + the machine. Necesitaba explicar cómo sus letras y su música te llegan directo al corazón.
