“Hasta que la dignidad se haga costumbre”, dijo Estela Hernández, hija de Jacinta Francisco una de las tres indígenas hñáhñú que fueron acusadas de un crimen que no cometieron. Lo dijo en la ceremonia donde el Estado mexicano les pedía disculpas y que, en últimas fechas ha sido la costumbre del gobierno actual: pedir disculpas ¿y la justicia?
